Para cuando los maderos tronaron ya fue muy tarde. Este martes, ya sin nada en juego más que el orgullo, la ofensiva de México (Tomateros de Culiacán) dio su mejor juego de la Serie del Caribe 2018, mismo que le valió para conseguir la "victoria de la honra" ante un desinteresado República Dominicana (Águilas Cibaeñas).

La pizarra terminó en 1-8, pero lo verdaderamente sorprendente fue el desempeño de los peloteros de Águilas Cibaeñas, pues realizaron un juego atípico en el que casi tuvieron la misma cantidad de errores (6) que de hits (8).

Una solitaria carrera en el primer rollo, dos rayitas más en el quinto, un rally de cuatro carreras en el sexto y otra anotación más en el séptimo inning fueron la manera en que México doblegó a la novena de Lino Rivera, misma que sólo timbró en una ocasión durante todo el ecuentro.

La noche fue adversa para México a pesar del resultado favorable. El ambiente era pesado, pero entre tanta amargura Justin Greene y Japhet Amador se encargaron de cambiar, siquiera por un momento, los abucheos por aplausos.

Y es que tanto Greene como el "Cachorrito" brindaron los dos últimos vuelacercas de México en esta Serie del Caribe. El primero de ellos, el de Justin, sirvió para apuntarle dos rayitas a México en la sexta entrada. El segundo y último, el de Japhet, fue la revancha personal de uno de los hombres menos queridos de la noche.

Además de este par de bambinazos también resaltó el batazo triple de Alfredo Amézaga, sin embargo, a pesar del buen trabajo de los toleteros nacionales, este juego fue ideal para el reproche y el desahogo, pues desde el arranque del encuentro la afición local no escatimó en abucheos para los jugadores mexicanos y el ya afamado —o infame— manager Benjamín Gil.

Bolsas de papel en las caras de algunos aficionados y abucheos a Japhet Amador acompañaron la única victoria de México en este clásico de febrero, mismo en que la novena azteca culminó con la vergonzosa marca de un triunfo y tres derrotas.