En Costa Rica se fabrican pelotas de Beisbol


TURRIALBA, Costa Rica (Reuters) - La pelota de béisbol promedio es usada sólo durante unos pocos lanzamientos en las Grandes Ligas del béisbol estadounidense, pero para los costarricenses que las hacen, cada una es el resultado de horas de cuidadosa costura.

Durante 10 horas diarias, los trabajadores de la única fábrica del mundo que suministra pelotas a la Grandes Ligas, en el pueblo de Turrialba en el centro de Costa Rica, se sientan en mesas donde hacen las 108 puntadas de cada pelota con grueso hilo rojo.

En un juego profesional, las pelotas pronto se dañan y se ensucian demasiado para seguir en uso, o se pierden cuando un foul o un jonrón las mandan a las gradas. Para cubrir la demanda, la fábrica produce hasta 2.4 millones de pelotas al año, todas cosidas a mano.

Los centros de corcho y hule, la piel de vaca Holstein de Tennessee y la fibra de lana de Nueva Zelanda que integran las pelotas son enviadas libres de impuestos a la fábrica, donde más de 300 trabajadores cosen rítmicamente en ordenadas filas.

Una vez terminadas, son puestas en cajas y enviadas a Miami.

Famosa por su estabilidad en una región turbulenta, Costa Rica es una historia de éxito económico en Centroamérica, recibiendo divisas por el turismo ecológico, las exportaciones de café y frutas y las fábricas que hacen desde microchips hasta medicamentos.

Rawlings Sporting Goods, la firma que tiene el contrato de exclusividad con las Grandes Ligas para suministrar pelotas hasta el 2013, desplazó al país su fábrica desde Haití a finales de la década de 1980, tras la violencia provocada allí por una dictadura.

Los trabajadores están contentos con la paga en el pueblo agrícola, donde hay pocos empleos, pero a pocos les gusta el béisbol, en un país mucho más apasionado con el fútbol.

“En realidad, el béisbol no lo entiendo”, dijo Minor Quesada, quien ha trabajado en la fábrica durante 17 años.

El trabajo es duro y algunos tienen lesiones en el hombro por tratar de producir más pelotas y lograr bonos.

El salario básico es de 1.6 dólares la hora, algo por encima del salario mínimo en Costa Rica, pero mundos aparte del salario promedio de tres millones de dólares anuales de un jugador de las Grandes Ligas.

Pero para muchos en Turrialba es un buen empleo. “Es medio complicado encontrar trabajo”, dijo Rocío Gamboa, de 33 años, quien ha trabajado en la fábrica desde hace 11 años.

Rocío produce 200 pelotas a la semana, y recibe un bono de 0.52 centavos de dólares por cada pelota que termina por encima del mínimo de 156 unidades. Las pelotas se venden a un precio minorista de 14.99 dólares.


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